La liquidación es el ajuste final de cuentas al concluir un contrato de obra. Define costos, utilidades y saldos pendientes, pero también puede abrir la puerta a controversias.
Es clave porque cierra el proyecto, define si hay saldo a favor del contratista o la entidad, y puede generar controversias sobre su aplicación.
Una liquidación bien planteada no solo garantiza seguridad jurídica: también asegura el reconocimiento real de la inversión y evita años de disputa.
Revisa el documento elaborado por nuestra área de Arbitraje: Link